Este año los Reyes Magos le traen algo muy especial a los niños: cosmética infantil

Alba Otero
Alba Otero
Apenas queda un mes para Navidad y los primeros catálogos ya están en manos de miles de familias. Pero este año, entre muñecas, construcciones y pistas de coches, ha aparecido algo inesperado: kits de skin care dirigidos a niñas. Mascarillas de unicornio, rodillos de jade “para jugar al spa” y hasta sérums “infantiles”. En TikTok, creadoras como Mami de tres y Alottameg acumulan miles de visualizaciones criticando que estos productos se promocionen como juguetes. La alarma ha saltado: ¿qué hace el cuidado facial formando parte de la carta a los Reyes Magos?
Un fenómeno global que llega a los catálogos infantiles. Lo que muestran los folletos navideños no es una anécdota: forma parte de una tendencia internacional. Según The New York Times, la actriz Shay Mitchell lanzó Rini, una marca de mascarillas dirigidas a niñas desde los 4 años, cuyas imágenes promocionales provocaron un rechazo masivo en redes y entre dermatólogos.  
Y los datos aumentan la crispación. Un estudio de Nielsen IQ ha señalado que en los hogares estadounidenses se están gastando más de 2.500 millones de dólares anuales en productos de belleza para niñas de entre 7 y 12 años. En España, además del boom en TikTok, las tiendas ya incluyen kits de spa infantil en sus secciones de juguetes. Cada vez más niñas piden en sus listas navideñas rodillos de jade, cremas glow, mascarillas peel-off o sérums antioxidantes.
De los Sephora kids al pasillo de juguetes. Según Yale Medicine, muchos niños y preadolescentes están “obsesionados” con crear rutinas de piel copiadas de TikTok e Instagram: exfoliantes, sérums, mascarillas, cremas de noche… Incluso sin tener acné ni ningún problema dermatológico. La dermatóloga Kathleen Suozzi explica que: “Nuestro estudio muestra que el 20% de preadolescentes y adolescentes gastan más de 50 dólares al mes en productos que no necesita, y a veces se aplican cinco o más productos en capas”.
El fenómeno tiene nombre en la cultura digital: Sephora kids. El estudio académico de Rachel Wetstone y Jane Grant-Kels detalla que niñas de entre 8 y 12 años muestran en redes rutinas de entre 6 y 12 productos, muchos de ellos pensados para piel adulta. En esos vídeos se repiten los ácidos exfoliantes, retinoides, vitamina C concentrada y pasos que imitan una rutina adulta de 10 pasos. Más allá de los riesgos cutáneos, las autoras advierten de los efectos éticos: presión estética prematura, desinformación y explotación económica de un público extremadamente influenciable.
Cuando el cuidado de la piel se convierte en rol femenino. En paralelo, la publicidad infantil lleva años empujando a las niñas hacia el terreno de la estética. El Instituto de la Mujer analizó la publicidad de juguetes en campaña navideña y encontró que:
En ese contexto, que ahora se vendan sets de skin care como juguete “para niñas” no es una anomalía, sino una pieza más de un puzzle: el de una infancia femenina asociada a la estética, la belleza y el cuidado del cuerpo desde muy pequeñas. Como ya explicamos en Xataka, la generación Alpha (nacidos a partir de 2010) está creciendo bajo un “ritual precoz” de cuidado estético, impulsado por algoritmos que les sirven vídeos de piel perfecta, filtros y rutinas, muchas veces antes de que hayan llegado a la pubertad.
Los riesgos dermatológicos. Aquí hay amplio consenso médico. Según KidsHealth, la mayoría de niños y adolescentes solo necesitan tres cosas: un jabón suave, una crema hidratante sin fragancias y protector solar. Por su parte, los adolescentes con tendencia acneica pueden usar versiones oil-free de hidratante y fotoprotector, pero siempre con consejo médico. Además, remarcan que los productos antiedad (antiarrugas, manchas, firmeza…) no son necesarios y pueden causar justo lo contrario: acné, irritación, quemaduras o eccemas.
Sin embargo, entre diferentes fuentes los ingredientes que más preocupan sobre tendencias en preadolescentes son: 
Hay un impacto psicológico. Desde el Yale Medicine describen cómo algunos niños empiezan a sentir una auténtica compulsión por mantener rutinas largas, hasta el punto de afectar al sueño, al tiempo social o incluso al rendimiento escolar. El estudio clínico de Wetstone y Grant-Kels apunta a una ansiedad creciente, comparaciones constantes y adolescentes que se sienten “insuficientes” si no replican las rutinas que ven en TikTok. Por su parte, el caso de niñas de 10 a 12 años que hablan abiertamente de miedo a “envejecer”, un concepto sin sentido a su edad. Y algunas llegan a pensar que “sin productos no valen lo suficiente”, un síntoma de lo que varios expertos ya empiezan a identificar como cosmeticorexia infantil.
No es el primer juguete controversial. Pero sí el primero con activos reales. Por ejemplo, los maletines de maquillaje infantil existían desde hace décadas: sombras que apenas pigmentaban, barras de labios casi transparentes, esmaltes pelables. Eran juguetes. 
Sin embargo, la diferencia actual es doble, por un lado, los productos imitan cosmética real, con ingredientes activos (aunque en baja concentración) y claims típicos de adulto: ilumina, difumina poros, anti-edad, repara barrera. Por otro lado, no se venden solo como juego, sino como rutina, como hábito de cuidado y autocuidado. Es decir, como algo que no se usa de vez en cuando, sino cada día.
Como detalla The Guardian, las dermatólogas ya atienden a niñas de 10 años que usan vitamina C, retinol y exfoliantes “porque lo vieron en TikTok”. No se trata de una mascarilla con amigas: es la idea de que deben “cuidarse” para evitar arrugas inexistentes.
¿De verdad esto es un juguete? Los catálogos de Navidad devuelven una pregunta incómoda: ¿en qué momento una mascarilla facial se convirtió en un regalo infantil normalizado? No se trata de demonizar que una niña juegue a imitar un “spa” de vez en cuando. El problema empieza cuando lo que era juego puntual se convierte en ritual obligatorio, lo que era fantasía se transforma en tratamiento antiedad y lo que era diversión se convierte en consumo estético precoz.
Entre tanta espuma limpiadora, sérums y sticks glow, quizá la pregunta clave no es qué crema necesitan las niñas, sino qué mensajes necesitan cambiar los adultos, tanto en la publicidad como en casa. Porque lo más urgente no es mejorar la luminosidad de su piel, sino proteger algo mucho más frágil: su derecho a una infancia que no empiece preocupándose por no envejecer.
Imagen | FreePik
Xataka | La industria de la cosmética ha encontrado un nuevo mercado: el problema es que son niñas menores de 10 años
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