La Generación Z impulsa un repunte en la asistencia a salas de cine

**Eva R. de Luis**

No corren buenos tiempos para las salas de cine. Ni siquiera grandes títulos como ‘Avatar: Fuego y ceniza’, una de las películas del año, logran cuadrar sus cuentas. A las nuevas producciones les cuesta tanto llenar las salas que taquillazos históricos como ‘Regreso al futuro’ han tenido que salir al rescate. Sin embargo, en medio de esta travesía por el desierto, surgen pequeños brotes verdes que invitan al optimismo: provienen de la Generación Z, que ya ha demostrado su tendencia a nadar a contracorriente en aspectos que van desde desterrar el alcohol hasta volver a escribir cartas o redescubrir los cruceros.

**La Generación Z va más al cine.** Un informe de diciembre de 2025 de la organización comercial Cinema United destaca que la frecuencia de asistencia de este grupo aumentó un 25% interanual. En 2025, esta generación vio un promedio de 6,1 películas en salas, un repunte respecto a las 4,9 visitas del año anterior. En la última encuesta, el 41% de los participantes aseguró ir al cine al menos seis veces al año, frente al 31% de 2022.

**Por qué es importante.** El sector cinematográfico atraviesa una crisis acuciante, tanto en las salas de exhibición como en la industria económica que golpea a Hollywood. En el caso de España, ni la televisión, ni el cine, ni los libros logran captar la misma atención: solo los conciertos despiertan un interés masivo, impulsado por la búsqueda de experiencias únicas. Esto se refleja en los datos: el cine español atraviesa uno de sus peores momentos, con la mayoría de indicadores en caída durante 2024 y sin alcanzar los niveles de taquilla de 2019.

El declive de las salas tiene múltiples causas: la transformación del modelo económico del entretenimiento hacia el *streaming*, donde la competencia y la búsqueda de rentabilidad son feroces; la consiguiente reducción de presupuestos y proyectos; las huelgas del sector; la irrupción de la inteligencia artificial y, por supuesto, el precio de las entradas.

**Las razones del retorno juvenil.** Como se mencionaba, la búsqueda de experiencias es un factor clave para elegir conciertos frente a otras formas de ocio. Del mismo modo, disfrutar de una película en una sala de cine está a años luz de hacerlo en el salón de casa, independientemente del tamaño de la pantalla o la calidad del sonido. En *Business Insider* recogen testimonios de jóvenes que citan desde la necesidad de realizar una actividad en comunidad hasta el deseo de realizar un plan sin el móvil, ya que la sala obliga a dejarlo a un lado.

**¿Y qué pasa con los precios?** Ver ‘Avatar 3’ en los cines más cercanos puede costar unos 9 euros en 2D y 10 euros en 3D. Aquí es donde entran en juego las suscripciones y el contexto inflacionista actual.

**El clavo ardiendo de las tarifas planas.** Las suscripciones mensuales para ir al cine no son nuevas ni exclusivas de España. En Estados Unidos existen MoviePass o AMC A-List; en el Reino Unido, la CineWorld Unlimited Card; en Francia, la Carte UGC. En España, Cinesa ofrece su Unlimited Card, una tarifa plana para mayores de 18 años que parte de 17,90 euros al mes. Además, cabe recordar que puede financiarse con el Bono Cultural Joven de 400 euros.

**Una suscripción a una experiencia presencial.** El informe de Cinema United señala que los miembros de programas de fidelización en Estados Unidos aumentaron un 15% desde 2024. Se consolida así una razón de peso: por una cuota mensual fija se obtiene acceso casi ilimitado a películas y la garantía de una experiencia única. Para una generación que no duda en cancelar suscripciones de *streaming* cuando suben de precio o ven desaparecer sus contenidos favoritos, una suscripción presencial resulta especialmente atractiva.

Un análisis del sector de IBISWorld para los cines en Estados Unidos señala el camino para la recuperación: invertir en experiencias mediante mejores servicios de comida e instalaciones, y un mayor énfasis en suscripciones y alianzas, podría hacer que los ingresos de las salas crezcan de 16.000 millones de dólares en 2025 a 17.300 millones en 2030.

**Cuando todo sube, ir al cine es una opción más sensata.** Las tarifas planas no son el ocio más barato, especialmente si se suman los precios de la comida y la bebida (aunque siempre se puede optar por llevar la propia para ahorrar). No obstante, en el actual escenario inflacionista, donde casi todo ha encarecido, resultan más razonables si se considera un plan de varias horas. Al hacer cuentas, puede salir incluso barato en comparación con salir a cenar o de copas, sin mencionar el incentivo adicional del Bono Cultural Joven en España.

**REDACCIÓN FV MEDIOS**

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