Arabia Saudí y Dubai están enfrascadas en una carrera grandilocuente: la construcción del rascacielos más alto del mundo

Alejandro Alcolea
En la última década, el sector de las megaconstrucciones ha estado dominado por la República Popular China. Sin embargo, en los últimos años, los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí han intensificado su competencia para erigir el rascacielos más alto del mundo. La inauguración del emblemático Burj Khalifa en 2010 marcó un hito significativo al superar al Taipei 101, estableciéndose como el edificio más alto del planeta y dando inicio a una feroz competición entre ambas naciones.

En este contexto competitivo, han surgido dos ambiciosos proyectos que buscan superar la altura del Burj Khalifa: la Creek Tower en Dubái y la Torre Jeddah en Arabia Saudí. La meta de sobrepasar los 828 metros del Burj Khalifa se ha convertido en un motor esencial para el desarrollo de estas impresionantes estructuras.

La Torre Jeddah se perfila como una de las edificaciones más audaces a nivel mundial, con el objetivo de convertirse en el edificio más alto una vez finalizada su construcción. Arabia Saudí busca superar los 828 metros del Burj Khalifa, aunque la altura exacta de la Torre Jeddah se mantiene en secreto. Los trabajos en esta obra, que comenzaron en 2013, han avanzado a un ritmo más lento del previsto.

Este rascacielos contará con un hotel de lujo, apartamentos residenciales, oficinas y un observatorio que promete ser el más alto del mundo. Además, incluirá un total impresionante de 59 ascensores, de los cuales cuatro serán de doble piso. El reconocido arquitecto Adrian Smith es el encargado de su diseño.

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