Título: Dábamos por hecho que nuestra galaxia y Andrómeda colisionarían tarde o temprano. El Hubble ha visto algo distinto
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Matías S. Zavia
El contacto entre los extremos gaseosos de la Vía Láctea y nuestra galaxia vecina, Andrómeda, ha sido confirmado, aunque no hay motivos para la preocupación. A pesar de las creencias previas sobre una colisión inevitable entre ambas galaxias, nuevos hallazgos han puesto esta teoría en entredicho.
En corto. Recientemente, un equipo de astrofísicos ha publicado el retrato más detallado de Andrómeda, gracias a las observaciones realizadas por el telescopio Hubble. Esta imagen abarca 600 campos de visión del telescopio espacial y muestra el disco completo de Andrómeda, que ahora incluye más de 200 millones de estrellas censadas, lo que representa un aumento de dos órdenes de magnitud en comparación con las cifras anteriores.
A pesar de que las burbujas de gas de Andrómeda ya están en contacto con la Vía Láctea, los nuevos datos han reducido al 50% la probabilidad de que ambas galaxias colisionen, según informan los expertos.
Colisión gaseosa. En 2020, el programa AMIGA mapeó 43 cuásares de fondo, confirmando que el halo de plasma de Andrómeda, una burbuja de gas caliente que se extiende por dos millones de años luz, se solapa con el halo de gas de la Vía Láctea. Aunque los halos gaseosos ya están en contacto, este roce es tan tenue que ni las estrellas ni los planetas lo perciben, lo que significa que no será necesario completar un parte amistoso de accidente.
Tal vez nunca ocurra. La nueva imagen de 2,5 gigapíxeles de Andrómeda, resultado de las campañas de observación PHAT y PHAST del Hubble, no solo representa un logro más del telescopio, sino que también cuestiona la teoría de la fusión entre Andrómeda y la Vía Láctea.
La narrativa tradicional sostenía que ambas galaxias espirales Editado con FGJ CONTENT REWRITER