En 1914 Rusia decidió prohibir el vodka para detener el alcoholismo. Fue una decisión desastrosa

Título: En 1914 Rusia decidió prohibir el vodka para detener el alcoholismo. Fue una decisión desastrosa

Contenido:
Miguel Jorge
Miguel Jorge
Existen leyendas no confirmadas que sugieren que, al anunciarse la rendición definitiva de Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial, la celebración en la Unión Soviética se convirtió en una de las borracheras más memorables de la historia. Este relato también menciona que el Día de la Victoria provocó un “apagón alcohólico nacional”, dejando al país sin vodka en apenas 24 horas. Ya sea un hecho o no, el contexto histórico ofrece una explicación lógica.
La Unión Soviética había atravesado una prohibición que resultó desastrosa.
Una relación ancestral. Un extenso reportaje de The Atlantic indica que la inclinación de los rusos hacia el alcohol tiene raíces tanto religiosas como políticas. En el año 988, el príncipe Vladímir eligió el cristianismo ortodoxo, en parte, porque esta religión no prohibía el consumo de alcohol, a diferencia del islam. Durante el siglo XVI, Iván IV de Rusia, conocido como Iván el Terrible, estableció las primeras tabernas estatales, llamadas kabaks, que se convirtieron en monopolios fiscales. En menos de un siglo, un tercio de los hombres rusos se encontraba endeudado con estas casas de bebida.
Ya en el siglo XVIII, Pedro I de Rusia, conocido como Pedro el Grande, consolidó esa dependencia institucional: no solo toleró el alcoholismo de sus súbditos, sino que castigaba a las esposas que intentaban alejar a sus maridos de las tabernas y reclutaba a deudores etílicos para el ejército. Al llegar al siglo XIX, el Estado obtenía casi la mitad de sus ingresos de la venta de vodka, convirtiendo al alcohol en uno de sus pilares económicos.
En este contexto, el zar tomaría una decisión crucial.
La abstinencia imperial. Según Time, la historia de la prohibición rusa no solo antecede a la célebre Ley Seca estadounidense, sino que constituye una de las decisiones más trascendentales y fatales del zar Nicolás II. Ocurrió en septiembre de 1914, cuando, tras la muerte en combate de su primo, el príncipe Oleg Romanov, el zar envió un telegrama a su tío, Konstantin Konstantinovich, donde

Editado con FGJ CONTENT REWRITER

Derechos Reservados FGJ MULTIMEDIOS 2024