Título: Francia ha puesto la soja en el punto de mira. La ciencia no tiene tan claro que sea una buena idea
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Pablo Martínez-Juarez
Pablo Martínez-Juarez
La soja se ha consolidado como un alimento esencial en la dieta contemporánea. Originalmente, las bebidas a base de soja surgieron como alternativas a la leche para personas veganas; sin embargo, su popularidad ha trascendido y se ha convertido en una opción común en diversas prácticas alimentarias. No obstante, este producto ha suscitado preocupaciones, particularmente en relación con uno de sus compuestos. En este contexto, las autoridades sanitarias de Francia han centrado su atención en la soja.
Desaconsejar. Recientemente, la ANSES, la Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria de la Alimentación, del Medioambiente y el Trabajo de Francia, emitió una recomendación que desaconseja el uso de productos de soja en la restauración colectiva. Esta decisión se fundamenta principalmente en las isoflavonas, aunque no todos los expertos coinciden con la validez de esta medida.
Soja e isoflavonas. Las isoflavonas son compuestos que presentan una estructura similar al estrógeno, una hormona asociada a la reproducción femenina, y se encuentran en diversas plantas. La soja es reconocida como una de las principales fuentes de estos compuestos, que también se hallan en menor cantidad en otras legumbres y vegetales. La comunidad científica ha llevado a cabo investigaciones sobre los efectos de estas sustancias en la salud humana, analizando tanto los riesgos como los beneficios potenciales. Dado que estas moléculas pueden interactuar con los receptores hormonales, los riesgos vinculados al consumo de fitoestrógenos suelen estar relacionados con su impacto en el sistema hormonal, especialmente en niños y adolescentes, quienes se encuentran en etapas críticas de su desarrollo.
Evitar el consumo excesivo. Según informa Radio France Internationale, la nueva medida tiene como objetivo limitar el consumo excesivo de soja, recomendando su eliminación en la restauración colectiva. Esta directriz afecta a guarderías, residencias de ancianos, centros educativos y comedores de empresas. La guía de la agencia francesa establece valores de referencia toxicológica (TRV) para la ingesta, con el fin de identificar niveles seguros de estos compuestos (por debajo del valor indicado) y aquellos que podrían representar un riesgo. Según la agencia, estos valores son de 0.02 mg por kilogramo de masa corporal y día para la población general, y 0.01 mg/kg de masa corporal y día para mujeres embarazadas y niños.
Dudas. Esta medida ha provocado escepticismo en la comunidad científica. Como se menciona en un análisis de SINC, los nuevos límites se sustentan en estudios realizados con modelos animales. Aunque este tipo de investigaciones son fundamentales para evaluar el impacto de ciertas sustancias, extrapolar sus resultados a humanos puede resultar problemático. Existen al menos tres factores que podrían influir en estos resultados. El primero es metabólico: los ratones metabolizan estos compuestos de manera menos eficiente, lo que provoca que se acumulen más fácilmente en su organismo.
En segundo lugar, algunos estudios han utilizado dosis elevadas que no reflejan las necesidades de la población humana.
Editado con FGJ CONTENT REWRITER