Jose García
Se suele decir que Shenzhen es la fábrica del mundo, aunque esta afirmación no es del todo precisa. Esta vasta ciudad, considerada una suerte de Silicon Valley chino, se ha consolidado como un centro neurálgico para los negocios, aunque la mayoría de la producción de productos made in China se lleva a cabo en Dongguan. En esta localidad, empresas como OnePlus y OPPO cuentan con fábricas, campus y centros de investigación y desarrollo.
En este contexto, ambas marcas comparten un campus en Dongguan, donde laboran aproximadamente 4.000 empleados. De ellos, 120 se dedican a un área específica conocida como el Health Lab, un laboratorio de reciente creación enfocado en el análisis del deporte y la salud, con el objetivo de estudiar cómo sus dispositivos pueden contribuir a la monitorización de la salud de los usuarios.
Al ingresar al Health Lab, los visitantes se encuentran con un entorno que se aleja de la típica oficina: se trata de un gimnasio de 4.800 metros cuadrados, diseñado para que varias personas puedan ejercitarse simultáneamente. Este moderno laboratorio, donde se combinan el sudor y la investigación, ha requerido una inversión aproximada de 13,5 millones de euros por parte de OPPO.
En una de las áreas, un grupo de trabajadores supervisa a un voluntario en una cinta de correr. Este individuo, equipado con un OnePlus Watch 3 y una máscara, está siendo evaluado para medir su VO2 Max, un indicador clave del rendimiento físico. La capacidad de los relojes de la marca para medir este parámetro depende de su habilidad para interpretar señales biométricas, información que se obtiene del análisis detallado de los datos recopilados en el laboratorio.
El análisis del movimiento también desempeña un papel fundamental. A través de un sendero equipado con sensores ópticos, se pueden obtener datos sobre el balanceo, la velocidad y la distancia de cada pisada. En una de las pruebas, un voluntario descubrió que su pisada era “muy equilibrada”, mientras que otro notó una oscilación alta en una de sus piernas, lo que le llevó a considerar la utilización de plantillas.
Más adelante, el laboratorio cuenta con una pista de bádminton, un deporte que ha ido ganando popularidad en China. Esto ha llevado a OnePlus a incorporar un modo de bádminton profesional en su smartwatch, capaz de medir la cantidad de golpes de revés y derecha. Para la recolección de datos, un robot automático lanza volantes a los jugadores, lo que permite obtener un gran volumen de información sobre el rendimiento en la cancha.
Adyacente a la pista de bádminton, se encuentra una sección de una cancha de baloncesto, equipada con 24 cámaras de movimiento en el techo. Aunque estas cámaras aún no se han utilizado con fines comerciales, el laboratorio está explorando la posibilidad de desarrollar un modo de baloncesto profesional, dada la popularidad de este deporte en el país.
Las instalaciones del Health Lab se extienden por dos plantas. La planta inferior está dedicada al deporte, mientras que la superior se centra en la salud cardiovascular y el sueño. En esta última, se observó a varios individuos esperando para realizar mediciones de su nivel de oxígeno en sangre y frecuencia cardíaca, datos esenciales para el correcto funcionamiento de los dispositivos de monitoreo de salud.
Los métodos utilizados para medir la frecuencia cardíaca implican la emisión de luz hacia la piel, que se refleja en la sangre y se analiza para determinar la frecuencia cardíaca. Este procedimiento también se aplica a otros parámetros de salud, como el SpO2, un indicador crucial en la monitorización de la salud.
El laboratorio incluye además una cámara hiperbárica y un espacio dedicado al estudio del sueño. En este último, se busca aprender a identificar los patrones que los relojes utilizarán para evaluar la calidad del sueño. Aunque la idea de dormir con sensores puede parecer incómoda, los expertos aseguran que el conocimiento previo sobre el proceso reduce el impacto negativo en los resultados.
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