Perder peso sin perder músculo es el gran reto de fármacos como Ozempic. Una proteína guarda la clave para afrontarlo

Título: Perder peso sin perder músculo es el gran reto de fármacos como Ozempic. Una proteína guarda la clave para afrontarlo

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Pablo Martínez-Juarez
Pablo Martínez-Juarez
En el ámbito de la investigación científica, los avances en modelos animales, como los ratones, son reportados con frecuencia. Sin embargo, la aplicación de estos descubrimientos en seres humanos a menudo suscita interrogantes. En este contexto, destaca la proteína Mitch, cuya inhibición en los músculos podría facilitar la pérdida de peso sin comprometer la masa muscular. Esta proteína, conocida como MTCH2 (Mitochondrial carrier homolog 2), ha sido apodada “Mitch” por los investigadores que analizan sus efectos.
Un estudio reciente sobre esta proteína y su gen asociado revela que su eliminación en células humanas provoca una menor eficiencia energética. Más notable es que el silenciamiento de esta proteína lleva a las células a dejar de usar carbohidratos como su principal fuente de energía, priorizando en cambio el uso de grasa corporal.
Distintos combustibles.Las células del organismo requieren energía, y la evolución ha desarrollado mecanismos biológicos que permiten mantener reservas de calorías para alimentar a estas células en momentos de escasez. Estos mecanismos permiten a las células recurrir a diferentes fuentes de energía según sea necesario. Aunque los carbohidratos y las grasas son los combustibles principales, las proteínas también pueden ser utilizadas como fuente alternativa, lo que podría resultar en la pérdida de masa muscular al intentar quemar grasa, un fenómeno que se observa en tratamientos actuales como Ozempic.
De los ratones a las mitocondrias.Un estudio del Weizmann Institute of Science revela que los hallazgos se basan en experimentos previos realizados con ratones, los cuales mostraron una “mejora” en su composición corporal, brindando “protección” contra la obesidad y promoviendo el desarrollo de más fibras musculares, además de un aumento en el consumo de oxígeno y resistencia. Aunque los resultados eran prometedores, quedaba la pregunta de si sería posible “inocular” al cuerpo contra la obesidad mediante el silenciamiento de una proteína sin afectar negativamente la masa muscular. Para abordar esta cuestión, el equipo se centró en el papel de la mitocondria, el orgánulo responsable de proporcionar energía a la célula.
La clave radica en que la proteína Mitch es fundamental para la fusión de las mitocondrias, un proceso que incrementa la eficiencia de estos orgánulos. Al silenciar la proteína, se perdería esta capacidad de fusión, lo que conllevaría a una menor eficiencia y, por ende, a una mayor necesidad de recursos energéticos del organismo. Solo faltaba comprobar si esto se aplicaba también a las células humanas.
Menos eficiencia, más consumo.Tras silenciar la proteína en células humanas, los investigadores observaron que la “red mitocondrial” se desintegraba, lo que llevaba a una disminución en la eficiencia energética. Esto colocaba a la célula en un “estado permanente de privación energética”. Más importante aún, se constató que esto obligaba a las células a priorizar el uso de grasas como fuente principal de energía en lugar de los carbohidratos.
“Después de eliminar Mitch, examinamos cada pocas horas el efecto que tuvo en más de 100 sustancias involucradas en el metabolismo de las células humanas”, declaró Sabita Chourasia, coautora del estudio, en un comunicado de prensa. “Observamos un incremento en la respiración, el proceso mediante el cual la célula produce energía a partir de nutrientes, como carbohidr

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