Título: Tenerife busca encender sus luces con el calor del subsuelo: así es su gran apuesta por la geotermia
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Alba Otero
En la última década, las Islas Canarias han logrado un avance significativo en la adopción de energías renovables. Un ejemplo emblemático es El Hierro, que se ha establecido como un modelo de autosuficiencia energética, aunque ha enfrentado varios desafíos. En este contexto, Tenerife ha presentado un ambicioso plan para aprovechar el potencial geotérmico de la isla.
En breve. El Cabildo de Tenerife tiene previsto iniciar en otoño los primeros sondeos para el desarrollo de energía geotérmica. Según un comunicado de prensa, esta iniciativa está liderada por la empresa Energía Geotérmica de Canarias (EGC), en colaboración con el Cabildo, el Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER), el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan), la empresa DISA y la compañía islandesa Reykjavik Geothermal. El coste total de las prospecciones se estima que superará los 80 millones de euros.
Detalles del proyecto. Los estudios realizados por el grupo promotor sugieren la posible existencia de agua y calor a temperaturas superiores a 150°C a profundidades de 2.500 metros en el sur de la isla. Las proyecciones indican que se podría generar entre 5 MW y 20 MW, una cantidad suficiente para abastecer energéticamente a una ciudad como Santa Cruz de Tenerife durante un año, según el Cabildo.
El director de Energía del Grupo DISA, Santiago Rull Cullen, ha declarado que este proyecto “representa un paso decisivo hacia un futuro energético más sostenible”. Hasta la fecha, se han analizado más de 17.000 hectáreas para identificar áreas prometedoras. Según Nemesio Pérez, director científico de Involcan, la tecnología utilizada tendrá un impacto mínimo en el territorio, garantizando estabilidad en la producción y cero emisiones contaminantes.
Desafíos a considerar. La geotermia profunda que se desarrollará en Tenerife se distingue por su baja ocupación del suelo y su impacto visual reducido en comparación con otras energías renovables. Además, al no depender de las condiciones climáticas, ofrece un suministro constante y seguro, contribuyendo a evitar apagones y a fortalecer la autonomía energética.
Sin embargo, cualquier intervención en el subsuelo puede tener efectos adversos sobre ecosistemas frágiles. Este riesgo se ha evidenciado en el ámbito de la minería submarina, que había quedado en pausa hasta que un fenómeno conocido como “oxígeno negro” reavivó el debate ambiental. En este sentido, algunos expertos advierten sobre la necesidad de equilibrar la ambición con la prudencia, asegurando la protección de la biodiversidad mientras se avanza en la transición energética.
Un reto particular. Nemesio Pérez, experto consultado por el Cabildo, ha subrayado que el principal obstáculo en España es la falta de una tarifa específica que regule el precio de la energía geotérmica. La ausencia de un marco tarifario estable genera incertidumbre entre los inversores. “Sin una tarifa regulada o un esquema de incentivos claro, los inversores no pueden prever con certeza los ingresos futuros del proyecto, lo que incrementa el riesgo financiero”, ha advertido.
Exploraciones previas en Canarias. Este nuevo impulso no es completamente novedoso. Al igual que en La Palma, donde se está considerando aprovechar el calor residual del subsuelo tras la erupción del volcán Tajogaite, las Canarias ya habían comenzado a explorar esta opción. Además, la Unión Europea ha identificado al archipiélago como un área clave para el desarrollo.
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